Hay días que costarán olvidar y este partido contra MT Melsungen es uno de ellos. Es fácil decirlo tras la victoria, pero la realidad es que el trayecto es tan valioso como la meta. Vivir lo vivido en la Catedral, esta preciosa experiencia vale tanto como los dos puntos.

El público ha sido el octavo jugador de verdad, el que ha disfrutado participando del evento siendo parte integrante de él. El último gol de Erik, la última falta de ataque y la última parada de Nordlander han tenido una ayuda extra, el aliento de dos mil personas que han llevado al equipo hasta el triunfo.

En lo deportivo, el partidazo de Helvetia Anaitasuna ha sido memorable. Dejar a un equipazo como Melsungen en 22 goles, es un hito muy meritorio. Se trata de un rival muy superior en lo que se refiere al músculo, el físico y el financiero. Sin embargo, a veces, no gana el más fuerte o el más rico.

Gracias a todas las personas que han animado y han sido parte del partido, pero también a los que han trabajado para que este sueño sea una realidad. Ahora, dos salidas terribles a León y Alemania, pero cuidado con este equipo, que está lanzado a por la victoria.