La alegría, la euforia y la tensión no son buenas compañeras para poder pensar. Y hoy es el momento de la valoración de la gesta conseguida. En el aspecto deportivo, el sufrimiento del partido de la Catedral no debe hacer olvidar el buen trabajo realizado en Zaragoza y, también, el gran partido hecho en la primera ronda en Cangas.

Esta clasificación supone un momento histórico para la sociedad y un paso de gigante para el proyecto de Helvetia Anaitasuna. Después de muchos años de balonmano en la Catedral, nunca se había logrado entrar en una ronda tan avanzada en la Copa y, por la modernidad del formato, tampoco en la final four de esta competición.

Es un gran momento para demostrar el buen crecimiento de nuestro proyecto y ofrecer la imagen de club serio que somos en un nuevo ámbito. La Copa es un evento que se sigue en toda nuestra geografía balonmanística nacional, pero que también nos va a poner en el mapa europeo, ya que equipos, jugadores, técnico y aficionados de todo el continente están pendientes de esta competición.

Llega el momento de proyectar los valores que nos distinguen como club para que buena parte del balonmano tenga más claro qué es Helvetia Anaitasuna. Es una oportunidad fantástica para poder conseguir un gran logro deportivo y también para crecer como proyecto deportivo.