La tensión y los nervios pueden ser el peor enemigo y hoy se ha demostrado. Helvetia Anaitasuna ha tenido que sufrir hasta el último segundo de la eliminatoria para lograr un objetivo tan deseado como complicado. La defensa, la garra y el apoyo de la grada han sido claves para poder estar en la final a cuatro de la Copa. Se ha hecho historia y ha sido gracias a tod@s vosotr@s también.

La crónica de este partido se resume con la satisfacción final por el objetivo cumplido. La brillantez no ha sido protagonista en la Catedral, pero hay días en los que los resultados valen tanto como las formas. Era una ocasión tan decisiva que no se podía dejar pasar, el equipo ha sabido sufrir y ha llegado a la deseadísima fase final de Copa.

La primera parte se ha cerrado con una buena ventaja de Balonmano Aragón, hasta cinco tantos han tenido de diferencia durante la segunda mitad. Pintaban bastos para Helvetia Anaitasuna, pero el carácter y la personalidad del equipo han servido para dar la vuelta al partido poco a poco. Lo que no se ha conseguido es ponerse por delante, pero el empate era bueno, valía, y se ha traducido en éxito.

Hay que destacar la gran labor que ha realizado nuestro rival. Balonmano Aragón ha demostrado una tremenda profesional y ha acreditado que es un gran equipo que está superándose cada jornada a pesar de los problemas económicos que vienen arrastrando. Han estado muy cerca del éxito, pero su labor ha sido reseñable.

El final de partido ha sido de infarto. Los últimos segundos han sido pura intensidad. Había que defender el empate como fuera y se ha conseguido, la Catedral tenía el corazón en un puño, pero todo ha salido bien. El gol de Lozano no ha entrado a tiempo y las gradas se han venido abajo. Alegría, tensión y satisfacción. Ahora, ya se puede pensar en el primer fin de semana de mayo y en la final four.