Anaitasuna se agarra a la sexta plaza tras su victoria ante Villa de Aranda (22-28)

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BM VILLA DE ARANDA 22 – Villa de Aranda (11+11): Javi Díaz (Amérigo, ps), Diego Camino (3, 2p), Julián Rasero (1), Gañarul (2), Ilija Sladic (3), Hugo Garza (4), Iker Antonio (3) -siete inicial-; Corcera, Kike Plaza (5, 2p), Alberto Camino, Manel Cirac (1), Tito.

HELVETIA ANAITASUNA 28 – (15+13): Matias Schulz (Capón, ps), Reig (6), Etxeberría (2), Montávez (5), Nadoveza (3), Borragán (6) Chocarro (2) -siete inicial-; Ion Latorre, Cristian Martínez, Ibai Meoki Marcelo, Goñi (2, 1p) Álvaro Gastón (1), Bernatonis (1)

 

Árbitros: Alberto Hermoso del Amo y David Monto Ortega (Colegio Madrileño) excluyeron dos minutos a Hugo Garza (2), Kike Plaza y Manel Cirac por el Villa de Aranda y a Borragán, Etxeberría, Latorre, Nadoveza, Ricardo Reig, Matias Schulz y Cristian Martínez por el Helvetia Anaitasuna.

 

Parciales cada cinco minutos: 1-3, 2-5, 4-8, 8-10, 10-12, 11-15 (descanso); 13-15, 14-19, 15-21, 18-23, 19-26, 22-28 (final del partido).

 

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo sexta jornada de la Liga Asobal disputado en el pabellón Príncipe de Asturias de Aranda de Duero (Burgos) ante unos 2.000 espectadores, con la presencia de medio centenar de aficionados de Anaitasuna en las gradas.

 

Helvetia Anaitasuna aumentó su racha victoriosa sumando un nuevo triunfo en la cancha de un Villa de Aranda que, a pesar de poner emoción en la segunda parte, nunca fue capaz de dar la vuelta al resultado. Comenzó mejor el conjunto navarro, con una sólida defensa y dirigido de manera magistral por Montávez, muy acertado tanto en la creación de juego como en el aspecto anotador. Ante ese panorama, Anaitasuna comenzó a imponer las primeras ventajas en el marcador, gracias también al concurso de Matias Schulz en la portería y a la mala suerte del Villa de Aranda, que lanzó hasta seis balones al palo en el primer tiempo.

 

El conjunto navarro se mostraba tranquilo, y aunque sus ventajas no se disparaban, sí que daba la sensación de estar controlando el partido aprovechando sus posesiones y contraataques para poner distancias en el marcador (2-6) tras el segundo parcial. Esta situación obligó a Magí Serra a mover ficha y el Villa de Aranda pareció despertar después de un prematuro tiempo muerto, firmando dos buenos parciales y reduciendo diferencias poco a poco. Aunque no llegó a empatar en ningún momento, el conjunto local se puso a un gol de su rival (9-10) en el minuto 21 gracias a un gran contragolpe de Garañul.

 

Sin embargo, el Anaitasuna, que apostó desde muy temprano por sistemas de portero-jugador, no se vino abajo y lejos de perder los nervios volvió a hacerse poco a poco con el control del juego, reafirmando su defensa y volviendo a poner diferencias en el marcador, hasta llegar al 11-15 con el que ambos conjuntos se fueron al descanso. Cuatro goles de diferencia que daban muestra de lo que estaba siendo el partido, con un Villa de Aranda encomendado al quiero y no puedo y un Anaitasuna muy tranquilo conocedor de la superioridad que estaba mostrando. Tras el paso por vestuarios, el conjunto local pareció salir con más tensión que su rival y se llevó el primer parcial con un 2-0 respondido por Anaitasuna en apenas 30 segundos.

 

El Villa de Aranda no conseguía romper el muro defensivo visitante y cuando lo hacía se encontraba con Matías Schulz, que seguía con su particular exhibición en la portería. Tampoco en defensa estaba muy inspirado el conjunto local, que concedió muchas facilidades al juego ofensivo de los navarros, que no perdonaron. Así, mediado el segundo tiempo, Anaitasuna ya había metido distancias en el marcador (14-21) y Serra se vio obligado a solicitar el tercer tiempo muerto del partido para reajustar a su equipo e intentar contrarrestar la sangría que ya empezaba a padecer.

 

El técnico local impuso una defensa mixta (por momentos individual) y aumentó la tensión ofensiva, reduciendo ligeramente las diferencias y volviendo a imprimir emoción al encuentro. Sin embargo, ya era demasiado tarde y el Anaitasuna no se dejó amedrentar, aguantó el chaparrón y aprovechó las opciones que tuvo en ataque para mantener la ventaja hasta el final del encuentro, que se cerró con un cómodo 22-28.

 

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