Un año entero de trabajo tiene su recompensa ahora y eso se reflejaba en el rostro del entrenador de Helvetia Anaitasuna, Iñaki Ániz. Una vez conseguido el objetivo del cuarto puesto, valoraba los momentos vividos en la Catedral en la victoria contra Sagunto.

Al fin cuartos…

«Lo teníamos en la mano. Puerto Sagunto ha hecho lo que ha podido, pero ha llegado un momento que nos hemos puesto a seis, hemos jugado bien y hemos podido hacer los homenajes«.

Se te ha visto emocionado.

«Yo me emociono fácil. Ha sido un año duro y bonito de vivir. Hay jugadores que lo han dado todo y merecían ese homenaje«.

¿Ha sido un año duro a pesar del resultado final?

«Hay que estar aquí todos los días y aguantar muchas cosas de lo que supone ser entrenador. Yo ya venía de Chile cansado y lo he notado la verdad. De todas las maneras, es un lujazo por la institución que ha hecho una apuesta importante y ha conseguido algo histórico, y por los jugadores y la afición que han hecho un año modélico«.

¿Qué has sentido hoy?

«Son momentos únicos y que esperaba vivir. Son momentos diferentes de la vida del entrenador, muchas veces acostumbrado a los malos resultados. Ver jugar al equipo bien y progresar te permite disfrutar, que muchas veces los entrenadores no tenemos esa capacidad«.